Hemos escuchado la apología del cinismo de ESPERANZA AGUIRRE hablándonos del tema del aborto en unos términos insultantes para cualquiera con un CI de 90 o más. Luego escuchamos algo parecido con Cristina Cifuentes y, de nuevo, hemos visto a la Junta Electoral Central prohibiendo propaganda de hazteoir.org en el asunto de este mismo personaje ("Yo rompo con CristinaCIFUENTES").
Ahora el PP nos sorprende, aunque no por su contenido desde luego, con un "Plan Integral de Apoyo a la Familia" (PIAF). Han sido yaNUMEROSAS las voces que mostrando su decepción. Eduardo Hertfelder, presidente del Instituto de Política Familia considera que es un plan "inútil"porque llega tarde. Hertfelder añade que resulta "claramente insuficiente porque no resuelve los grandes problemas de la familia" y explica que el plan "llega nueve días antes de las elecciones autonómicas y seis meses antes de las generales...Es un intento de maquillaje del incumplimiento del compromiso electoral".
Incluso una persona tan claramente favorable al gobierno como Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia, ha declarado que el plan "es contarnos lo que ya existe" y sentencia: "Estoy muy decepcionado". A juicio de Blanco, "no hay voluntad política de tomarse en serio a la familia".
Efectivamente, ni ahora ni nunca ha existido en la España del régimen del 78 una voluntad de ayudar a la familia y ello por varios motivos: primero, porque la familia, la auténtica, la de hombre y mujer con varios hijos como base de la sociedad, es incompatible con la "ideología de género", una de las vacas sagradas de la izquierda.
Segundo, porque el capitalismo global no quiere en ningún caso una familia enraizada y enEXPANSIÓN; más bien quiere gente desarraigada, reubicable en función de las necesidades del mercado de trabajo, a ser posible sin las responsabilidades que comporta una familia.
En tercer lugar, porque la inmigración masiva, ariete del capital global contra el Estado del Bienestar y fomentada desde izquierdas y derechas, es también incompatible con un país de pirámide poblacional joven.
En cuarto lugar, porque en el contexto del individualismo cosmopolita y egomaniaco que produce elLIBERALISMO no puede esperarse que nadie apueste por la familia, que se basa en la generosidad, el altruismo y las raíces.
Por último y en quinto lugar, porque la clase política en pleno, de izquierdas y derechas, está comprometida -económica y mediáticamente- con la globalización, que no quiere familias sino masas de de libre disposición con las que abaratar costos de producción y elevar el consumo.
Por todas estas razones el PP se saca de la chistera planes absurdos como éste, destinados a alentar la esperanza de los incautos que todavía ignoran que el PP vive de complacer los fines de la izquierda con los votos de la derecha, a la que siempre estafa una y otra vez.
Como nota discordante, los chicos de UG -ellos no dan para más-, como crítica el PIAF, se han limitado a señalar que no contempla los "distintos tipos de familia". Nada nuevo bajo el sol. Lo asombroso es que asociaciones y entidades que parece que sí entienden lo que la familia supone, no ya para una sociedad, sino para una nación, se presten a hablar con partidos políticos que han demostrado sobradamente que lo único que realmente les interesa es el colapso final de la familia.